Escrito por Alberto Hernández – Director de Operaciones

Apple se prepara para estar aún más cerca de tu billetera y, a esos efectos, cuenta con un socio destacado para lograrlo.

Unir fuerzas con un gigante financiero como Goldman Sachs es parte del más reciente esfuerzo de Apple para revolucionar un sector establecido. Se trata de una asociación en la que ambas empresas ganan. Goldman Sachs es un nuevo player del sector financiero dirigido al consumidor y necesita el poder de la marca Apple para construir la tecnología que lo diferenciará en el mercado. A su vez, Apple necesita un player financiero establecido (Goldman Sachs tiene una capitalización de mercado de más de US$ 88.000 millones) para respaldar su entrada al mundo de los pagos.

Claro está que no es la primera vez que dos gigantes corporativos establecen una relación mutuamente beneficiosa para revolucionar el sector. El año pasado Amazon, JP Morgan Chase y Berkshire Hathaway anunciaron una organización sin ánimo de lucro que buscaba revolucionar la asistencia médica de sus 1,2 millones de empleados, una medida que podría cambiar radicalmente el modo en el que las grandes entidades corporativas brindan su propia asistencia médica.

Está claro que las grandes empresas se sienten cada vez más cómodas para establecer alianzas con el fin de crear soluciones innovadoras, en vez de aventurarse por sí mismas en un territorio desconocido. En el caso de Apple y Goldman Sachs, esto podría suponer un enorme cambio en la experiencia de pago de los consumidores, desafiando el status-quo de las corporaciones tradicionales en el sector servicios financieros.

Promesas de la asociación 

Apple se replantea el concepto de cuenta bancaria así como lo hizo con el teléfono. La compañía ya ofrece a sus clientes la oportunidad de pagar a través de sus productos Apple: solo es necesario un toque en el iPhone, desde que Apple Pay salió a la luz en 2014. Sin embargo, esas transacciones siempre han estado vinculadas a una tarjeta de crédito o débito tradicional. Con la reciente introducción de Apple Card, parece que la compañía está obteniendo exactamente lo que buscaba a través de una asociación con un gigante de las finanzas, lo que aporta respaldo para desarrollar funcionalidades financieras a nivel de cuentas.

La compañía rara vez ha tropezado al ofrecer su propia versión de una tecnología clásica (el iPhone lo comprueba), y los consumidores obtendrán un nivel de innovación similar con Apple Card. Las principales ventajas inmediatamente anunciadas en el sitio web incluyen la ausencia de cualquier cargo (ya sea un pago anual o posterior), la devolución de dinero al instante, una mejor trazabilidad financiera y más capacidades para los presupuestos financieros. Pero una parte de lo que Apple cree que “replantea por completo todo lo relacionado con la tarjeta de crédito” es que la tarjeta en sí misma se encuentra dentro de la aplicación Wallet y está disponible al instante tras su aprobación. La tarjeta física (grabada a láser, de titanio) llega por correo en una fecha posterior y está reservada solo para las ocasiones en las que no se acepta Apple Pay.

La seguridad es otra ventaja. Apple afirma que sus sistemas de seguridad Face ID and Touch ID figuran entre las tecnologías más avanzadas en el sector y que la falta de un número de tarjeta permanente sirve como una protección adicional. Pero debido a las recientes brechas en cuanto a la seguridad de los datos –situaciones que todavía están frescas en la mente de los consumidores–, Apple también promete que no compartirá o venderá datos de los consumidores a terceros con fines de marketing o publicidad. Sin embargo, Goldman Sachs tendrá acceso a los datos para operar la Apple Card.

Un impulso a la reputación y una oportunidad para el futuro 

Se puede decir que Goldman Sachs ha tenido ya su cuota de titulares negativos y atención. Sin embargo, esta asociación podría indicar para la compañía el inicio de la recuperación de la confianza de los consumidores. Si Apple Card tiene éxito en ofrecer mejores servicios financieros y más flexibles a una amplia gama de consumidores, habrá sido con el respaldo de los recursos innegablemente grandes de Goldman Sachs.

La asociación entre Apple y Goldman Sachs tiene el potencial de cambiar la manera de pensar de los consumidores en cuanto a pagos, pero el éxito de Apple Card también legitimaría futuras asociaciones tecnológicas. En el pasado, las empresas desarrollaban todo por sí mismas, incluida la tecnología. Sin embargo, el éxito de esta asociación en particular podría inspirar a más players a asociarse con empresas que cuentan con la capacidad tecnológica necesaria para ayudarlos a innovar.

En última instancia, Apple Card es solo una tarjeta de crédito digital. Las promesas de tasas de interés bajas, los beneficios competitivos de devolución de dinero y los esfuerzos de seguridad incrementados convierten a esta tarjeta en un buen competidor frente a las otras tarjetas del mercado, pero lo que realmente le da el potencial de disrupción es el poder de la marca. El nombre Apple probablemente impulsará a los clientes a, como mínimo, probar la Apple Card, y si esa tecnología sigue la trayectoria de otros éxitos de Apple, la tarjeta tiene el potencial de despegar y convertirse en la opción preferida.

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]