De qué manera la biometría transformará nuestra experiencia en los aeropuertos al viajar
14 de abril de 2020
Kevin Freiburger
Son raras las veces que la experiencia del cliente en los aeropuertos es eficiente, quizás menos aún durante las vacaciones, cuando los viajeros suelen emplear una hora o más hasta pasar los controles de seguridad, siempre con la preocupación de si lograrán o no abordar sus vuelos a tiempo.
A ese estrés se puede añadir la posibilidad de olvidar un documento de identidad en casa o perder la tarjeta de embarque de camino al aeropuerto. Incluso si ningún incidente desafortunado complica el viaje, los viajeros se sienten exhaustos antes de subir a bordo, porque antes tienen que superar el agobio de encontrar la documentación requerida para el viaje, hacer cola esperando la inspección del equipaje, esperar su turno para someterse al control documental y de seguridad, y algunas veces tienen que sacarse algunas prendas de vestir y ponerse otras al ser abordados por los agentes de seguridad aeroportuaria (TSA).
Lo bueno de estar en una larga fila es que nos da mucho tiempo para fantasear sobre el futuro de los aeropuertos, imaginando colas más cortas frente a los mostradores de las empresas y controles de seguridad, con viajeros felices y billetes de avión sin papel, y lo mejor es que ese futuro está a la vista gracias a los avances logrados con la tecnología biométrica. Algunos aeropuertos, como el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, ya han implementado terminales completamente biométricas. Son terminales que incluyen los procesos de detección biométrica mediante el sistema CLEAR, con el que los viajeros pueden pasar por el sistema de seguridad aeroportuaria –y en algunos lugares se usa incluso para entrar en salas o abordar aviones– simplemente mirando a una cámara.
A mejor tecnología, menores colas y mejor experiencia del cliente
Si bien los programas de identificación digital se utilizan a una escala pequeña, veremos un repunte en la escalabilidad del uso de los principales programas para esa finalidad en los próximos años. En 2018, el 77% de los aeropuertos informaron que planeaban desarrollar programas o iniciativas de I+D en la gestión de la seguridad biométrica para los próximos cinco años.
En última instancia, la biometría se integrará desde que se entra al aeropuerto hasta el momento de sentarse en el asiento del avión, haciendo que los viajes aéreos sean una experiencia en la que no habrá necesidad de billetes de avión físicos ni documentos. Las huellas dactilares o el reconocimiento facial facilitan todos los procesos, desde facturar el equipaje hasta la compra de cócteles en el lounge sin necesidad de mostrar una ID emitida por el gobierno. A medida que se amplían las capacidades, los clientes pueden esperar una experiencia simplificada y más placentera en el aeropuerto. Sin embargo, si los beneficios de esos programas son tantos y se trata de una tecnología que ya existe, entonces ¿por qué todavía dichos programas no son el estándar?
Barreras para implementar los programas de identificación digital
La mayoría de los obstáculos a la adopción de la gestión de la identificación biométrica se relacionan con las preocupaciones sobre la ciberseguridad y la privacidad. Muchas de esas inquietudes tienen su origen en una falta de comprensión de esa tecnología y sus usos, así como en el conocimiento de que China ya utiliza una tecnología de datos de ese tipo como una forma de vigilancia.
Sin embargo, los sistemas en los EE.UU. operan de una manera diferente, y el gobierno y los proveedores deben promover la transparencia e instruir acerca de cómo esos sistemas se construyen y esos sistemas. El desarrollo de una comprensión más profunda acerca de cómo los aeropuertos utilizarían la biometría y de cómo las agencias (por ej. algunos departamentos estatales de tránsito – DMV) que ya están utilizando esa tecnología puede ayudar a desmitificar los temores y facilitar una mayor adopción de esos sistemas.
A continuación se enumeran los tres aspectos más importantes que los ciudadanos deben saber sobre la biometría:
- Los datos personales están protegidos. Cuando a los estadounidenses se les dice que se recopilarán datos personales, a menudo piensan y asocian eso a la vigilancia estatal de China y se preocupan de que en su país pueda ocurrir una invasión similar de su privacidad. Sin embargo, los EE.UU. siguen comprometidos con la separación de lo que es público y privado, y eso incluye los sistemas biométricos de los aeropuertos. Al empezar el día, el sistema biométrico registra fotos, ya han sido verificadas y autenticadas, y crea datos biométricos de coincidencia para compararlos con los viajeros que circulan en el aeropuerto ese día. Después, las empresas privadas que implementan esas tecnologías buscan correspondencias entre los datos biométricos con las fotos capturadas de los viajeros, y luego hacen un descarte de datos al final del día.
Estos sistemas también segmentan el almacenamiento de los datos biométricos de las personas y también tienen en cuenta los datos de la Información Personal Identificable (PII) de los viajeros. Así, se reducen las brechas de seguridad que algunos actores internos o externos malintencionados pudieran utilizar. Los datos biométricos por sí solo son menos valiosos para los delincuentes cuando no van acompañados de un nombre o apellido u otra información de PII. Debido a que las fotos y la información de identificación se almacenan en sistemas separados, el mecanismo debe acceder a los datos de la combinación biométrica utilizando una clave, lo que refuerza la seguridad del sistema de separación.
- Los sistemas serán más accesibles. En la actualidad, la mayoría de los sistemas biométricos eligen uno entre los distintos sistemas biométricos, generalmente se usa reconocimiento facial o la huella dactilar. Sin embargo, esta tecnología puede ser inaccesible e inexacta para los usuarios con rostros que no se puedan registrar en el sistema de reconocimiento facial debido a alguna anormalidad genética o accidente, o para otros cuyas huellas dactilares hayan sido dañadas. En el futuro, se empezarán a ver aplicaciones más multimodales, dando a los usuarios la opción de usar sus huellas dactilares, iris, rostro y otras modalidades biométricas.
Hasta que las empresas y los usuarios no adopten una mentalidad más inclusiva, los programas en los aeropuertos serán opcionales. Los consumidores simplemente necesitan más tiempo para informarse y aprender sobre la biometría, tras lo cual se sentirán cómodos con el uso de esta tecnología, y a la vez los proveedores deben crear mejores medios de difusión para dar a conocer estos programas y sistemas. Solo así la biometría pasará a ser una práctica estándar en los aeropuertos.
- Sus datos biométricos ya existen y se están utilizando. Los que creen que la idea de tener sus datos biométricos disponibles en sistemas mundiales es un nuevo concepto están equivocados: Los usuarios que publicaron una foto de perfil en LinkedIn, Twitter o que han divulgado fotos en otras plataformas de redes sociales, ya están difundiendo sus fotos y estas pueden usarse en potenciales sistemas de identificación biométrica. Actores maliciosos pueden descargar esa foto y crear datos de identificación biométrica.
Además, algunos departamentos estatales de tránsito en EE.UU. usan los datos biométricos como un elemento de seguridad para evitar los robos de identidad. Por ejemplo, cuando esos departamentos necesitan una foto para emitir un permiso de conducir, toman la foto y la almacenan usando plantillas de correspondencia biométricas. Si alguien invadiera el departamento de emisión tratando de robar la identidad de alguien y emitiera un permiso con su nombre, el sistema detectará que la cara de la persona no coincide con su nombre. Esto se ha diseñado así para proteger los datos personales más que para tener más facilidad de uso.
El debate sobre la biometría recién empieza y necesita avanzar mucho más antes de que podamos ver su uso más difundido. Para fomentar su adopción, las empresas deben dar prioridad a la transparencia y a la instrucción sobre el tema, y el gobierno debe asumir un papel más activo en la creación de espacios de debate público sobre las políticas y reglamentos necesarios.
Diversas organizaciones, ciudades y estados han creado políticas sobre los casos de uso del reconocimiento facial y otros tipos de captación de datos biométricos, y esto debe organizarse a nivel federal. Solo una vez que el público esté seguro de que sus datos no se podrán vender o usar indebidamente, podremos entonces avanzar para conseguir viajar teniendo una experiencia más placentera y sin complicaciones.
Lea el artículo original aqui. (Inglés)
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